Los vendedores ambulantes

Fuente: Los Ranchos de Pascuas en Tinajo
Nicolás J. Lorenzo Perera
Mª Dolores García Martín

 

La monotonía de la vida cotidiana en las poblaciones, era aminorada por el paso de los ambulantes quienes, cuando era menester, pernoctaban en viviendas como la de Leandbernegalro Pérez en Tiagua (Teguise), vecino que »tenía una casa larga». Se mercaba por dinero o se cambiaba por productos, procedimiento mucho más asiduo en una época (sobre todo la anterior a la emigración venezolana) en la que escaseaba el dinero, principal­ mente en los bolsillos de los pobres:

»No había mucho dinero. Es que antes pa ver un duro le costaba trabajo. Iba uno a trabajar y le pagaban dos pesetas, de sol a sol. Por una perra chica daban tres cajas de fósforos» (1).

Tal fue así que hasta se llegaron a cambiar tierras por cabras, trabajo (enterrar estiércol…) por millo …

Llegó a traficarse con materias de diversa índole: agrícolas (granos, higos, batatas…), animales vivos (camellos, cabras…), productos marinos (pescado, erizos, sal…), obtenidos en el medio natural terrestre (pardelas secas), artesanales (útiles cerámicos, cestos …), industriales (telas, fragmentos de ruedas de vehículos …); e incluso, quienes recorrían las casas con la intención de leer la fortuna a sus moradores.

(1) Información oral de don Domingo Callero Bonilla, 78 años. El Tablero-Tajaste, VIII- 2003.

 

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