Fuente: Los Ranchos de Pascuas en Tinajo
Nicolás J. Lorenzo Perera
Mª Dolores García Martín
Las soletas, de larga pervivencia en Lanzarote, son una especie de sandalias muy rústicas, parecidas a los majos utilizados en la isla de El Hierro; unas y otros, inicialmente, se hacían con cuero de animal; más tarde, con fragmentos de ruedas de automóvil, siendo elaboradas las soletas por los propios usuarios. Había quien se dedicaba a vender, por dinero, la citada materia prima, tal como indica el texto:
«De San Bartolomé venía un señor a vender ruedas de coche pa hacer soletas, Seño Guajil Las traía partías, cuadraas. Eso lo conseguía él en ese Arrecife. Tenía un burro y eso metío en alforjas. Eso no se conseguía, antes no habían coches» (1).
Hemos escuchado diversos términos para nombrar a quienes, a pie, recorrían los pueblos vendiendo telas: «los ambulantes», «los pañeros» , «los turcos». Estos últimos, recordados en el siguiente relato oral, llegaron a poseer negocio propio en Arrecife:
«Los turcos, eran turcos. Tenían una tienda en Arrecife. Los hijos venían vendiendo en los burros. Vendían por varas (la tela). La ropa la traían en dos cajas con sus puertas y too, como dos roperitos. Lo que vendían era tela. Los hijos, chinijos, primero venían con el padre, para aprender. Venían tempranito y luego el mismo día (unas dos horas de camino) regresaban «(2).
Se recuerda ver a otros comerciantes llevando la tela, sobre el burro o cargándola, en un bulto, envuelta con un paño.
Posteriormente «las gitanas», quienes también llegaron a poner negocio en Arrecife; se trasladaban, en guagua o en coche, ofertando mercancías varias: relojes, manteles, sábanas, colchas, forros de colchones: «de too vendía y engañaban a uno; después en Arrecife con las grandes tiendas que nadie sabe; venían dos, detrás de una, otra».
(1) Información oral de don Agapito Morales Cabrera, 70 años. Tajaste, VIII-2003 .
(2) Información oral de doña Asunción Bernal Morales, 71 años. Tinguatón, VIII-2003.