Fuente: Enigmas y tesoros en Canarias
José de León Hernández
Creemos que nuestra Ana Viciosa fue la primera de la saga, si bien algunos autores como Leandro Perdomo y Alfredo Matallana sostienen que pudo existir otra anterior, quizás su madre, y que identifican como Ana Viciosa «La Vieja»3.
En cualquier caso, a la que nos referimos aquí y que llegó a ostentar un enorme poder económico y posiblemente social en la isla, es a la que identificamos, por distintas fuentes, como hija de Juan de Saavedra, hermano del marqués Agustín de Herrera y Rojas, el cual fue, a su vez, hijo ¡legítimo del padre del marqués Pedro Fernández de Saavedra y de una esclava morisca. No tenemos datos, tampoco, de con quiénes tuvo relación Juan de Saavedra para ser padre de Ana Viciosa, y si dicha mujer también tenía el apellido o sobrenombre de «Viciosa». Lo que sí sabemos es que, en aquellos años, eran muy frecuentes las relaciones extramatrimoniales con esclavas moriscas traídas en muchas de las cabalgadas en la vecina costa africana.
En el libro de Manuel Lobo y Fernando Bruquetas se hace referencia a nuestro personaje y al hecho de que era costumbre que los hijos ilegítimos de una esclava con personajes del grupo de poder de la isla eludieran su condición de esclavos. Es más, para el caso que nos ocupa, no solo Ana Viciosa nace libre sino que está emparentada a una de las familias más importantes de Lanzarote en aquel periodo. De hecho, se casa con Juan de León Monguía, hijo de Luis de León Monguía, uno de los personajes más influyentes de la isla a comienzos del XVI.
El joven marido de Ana Viciosa no solo va a heredar buena parte de las propiedades y bienes de su padre sino que es agraciado con una importante merced de tierras por el marqués Agustín de Herrera y Rojas. Dicha merced es otorgada el 13 de septiembre de 1577, sobre un acuerdo del año 1568, y a través de ella adquiere una gran cantidad de propiedades en el centro de la isla, en lo que hoy es el municipio de Tinajo y la zona cubierta por las erupciones volcánicas del siglo XVIII. La merced que el marqués Agustín de Herreras y Rojas entrega a Juan de León Monguía dice entre otras cosas: Yo D. Agustín de Herrera Conde de Lanzarote y Señor de Fuerteventura, por la presente acatando los buenos servicios que de vos Juan de León mi criado he recibido y en gratificación de ellos, por la presente vos hago gracia y merced de un término… que es a do disen Tinguatón..4
También se entregan en dicha merced otros muchos terrenos en la zona central de la isla, como en el término de Gauso (luego cubierto por las erupciones volcánicas del s. XVIII), donde dicen Las Horquetas, y lindan: …por el camino que va a Huga a dar a la Vega del Llano de Huga y por una vereda que va para el Llano de la Cañada… a dar a la vereda que va a tener por el camino que viene de Maso a dar a las dichas casas de Gauso5.
Juan de León Monguía muere joven al intentar repeler una invasión de piratas franceses al mando del capitán Testu-La Motte; corría el año 1581. En ese momento todas las importantes propiedades que acumulaba pasan a manos de Ana Viciosa al enviudar ésta. Podemos decir que se trataba de una importante porción de la isla de Lanzarote, entre Tenemosana, Caldera Blanca, Tinajo, Tinguatón, Rostros de Mesa. Es decir, una gran parte de la zona central y de la costa noroccidental de la isla. En este sentido, el erudito local de Lanzarote Agustín de la Hoz plantea que también la aldea de Juan Perdomo perteneció a Ana Viciosa6, y que se la dejó en herencia a su hijo Juan Perdomo, dándole así el nombre a dicho lugar7. Posiblemente el antiguo nombre de Caldera Blanca, conocida como Montaña Blanca de Perdomo, tuvo que ver con un heredero de Ana Viciosa.
Hay que sumarle, además, otros bienes que parece le fueron entregados directamente por el marqués. Aunque hay confusión si realmente le dejó la Isla de Montaña Clara a Juan de León Monguía o a su mujer Ana Viciosa, algunos autores sostienen que Ana Viciosa fue la beneficiaría directa de la merced, vendiéndole luego la isla a Marcial Martín, otro de los grandes propietarios a comienzos del siglo XVI.
En cualquier caso, nuestra protagonista se convierte de esta manera en una de las personas con más propiedades de la Isla y, por supuesto, en una de las mujeres más poderosas de Lanzarote, no solo de aquellos primeros años tras la conquista, sino de la historia de la Isla en general.
Un hecho que queremos destacar es la traumática relación que tuvo que tener Ana Viciosa con las continuadas entradas de corsarios y piratas a la Isla. No solo sufre la muerte de su marido a manos de piratas franceses, sino que es protagonista directa de la peor época de piraterías de Lanzarote, conviviendo con las entradas, razias y saqueos, entre otros,, de Calafat (1569), Dogalí “El Turquillo” (1571) Morato Arráez (1586) y Tabac Arráez (1618) 8
Es paradójico que Ana Viciosa, después de haber vivido sucesivos traumas relacionados con la piratería, haya sido recordada en la tradición popular por sus supuestos amoríos con un legendario y enigmático pirata, «Cabeza de Perro», una leyenda que ha quedado en la memoria de los vecinos de la Isla, sobre todo de Tinajo. No obstante, antes de valorar la veracidad o no de dicha leyenda, queremos aportar alguna información hasta ahora inédita sobre nuestra Ana Viciosa y otras mujeres con igual o parecido nombre y que han generado alguna confusión sobre este destacado personaje de la historia de Lanzarote.
Hemos podido identificar algunas informaciones relacionadas directamente con la primera Ana Viciosa, nuestra protagonista principal. Sabemos que tuvo varios hijos de su primer matrimonio, uno de los cuales fue Andrés de León, cuya mujer, Ana Suárez, hereda en el año 1623 una casa honda en Tinajo (conocida como Casablanca) que fue de Ana Viciosa y que perteneció en origen a los antiguos pobladores de la isla, los majos9. En el testamento de Ana Suárez se da más información. Lo relevante de este dato es que posiblemente tenga que ver con una zona de Tinajo detrás de la actual ermita de San Roque, donde aún se observan restos de antiguas viviendas y una gran cantidad de cerámica aborigen en superficie.
En el año 1985 conocimos a Juan Betancor, que era vecino de dicha zona y que tenía una casa cuya cocina se había construido aprovechando un viejo taro (construcción circular abovedada característica del pasado de la isla) y que nuestro informante asociaba a la legendaria Ana Viciosa.
Esta casa fue comprada por una familia que la rehabilitó y que, afortunadamente conservó y restauró el taro10. En los alrededores de esta construcción, relacionada en la tradición oral con la legendaria Ana Viciosa, se localiza, como hemos dicho, abundante material arqueológico aborigen en superficie, por lo que, posiblemente, esta edificación sea originaria, o sus cimientos, de fechas anteriores a la Conquista.
Las referencias que poseemos para las primeras décadas del s. XVI sobre Ana Viciosa nos plantean algunos problemas de identificación. No sabemos con exactitud, hasta nuevas investigaciones, si la Ana Viciosa que existe y realiza diversas transacciones de propiedades en torno a 1623 y 1626 es la persona objeto de nuestro estudio, o es una hija o descendiente de ella.
A través de diferentes documentos de protocolos notariales de esos años sabemos de la existencia de una Ana Viciosa, como el que nos habla de un traspaso que hace Ana Viciosa Cabrera, viuda, a Salvador Perdomo de Umpiérrez por un derecho a herencia en Tenemosana por 300 reales. Dicho documento está fechado el 5 de febrero de 162611.
Como hemos dicho, esas fechas nos plantean algunas dudas sobre si quien participa de esas transacciones es la primera Ana Viciosa o alguna descendiente directa de ella, ya que hacen referencia al año 1626, y sabemos que Ana Viciosa, nuestro personaje, otorgó testamento en 20 de abril de 1614 ante Francisco Amado12.
En ese mismo año se conocen otros personajes que llevan el mismo apellido que Ana, como Pedro de Cabrera Vicioso, casado con Ana de Medina y que traspasa a Juan Gutiérrez Núñez terrenos en el Miradero de Buen Lugar y casa en Tíngafa13. Esta zona coincide con alguna de las áreas de las que era propietaria nuestro personaje.
En cuanto a restos arqueológicos posiblemente asociados a Ana Viciosa, además del anteriormente citado taro de Tinajo, está la Cueva del Cuchillo, cerca de ese pueblo y al sur de la montaña del Cuchillo, donde han aparecido restos arqueológicos del período posterior a la Conquista.
Creemos que el recuerdo de la primitiva Ana Viciosa pervivía aún en la toponimia de la isla en los siglos XVII y XVIII, sobre todo en las proximidades de Tinajo, como podemos comprobar por las referencias a la Cancela de Ana Viciosa en el año 1734, o El Bebedero de Ana Viciosa, del mismo año. No obstante, debemos ser prudentes ya que sabemos de la existencia de varios personajes con el nombre de Ana Viciosa en años posteriores a la muerte de nuestra protagonista y, en particular, a comienzos del siglo XVIII, lo que puede llevarnos a alguna confusión. Por ejemplo, tenemos información sobre la existencia de una mareta por Tajaste en el año 1721, la Mareta Bermeja, que fue propiedad de otra Ana Viciosa, que vivió en el tránsito de los siglos XVII y XVIII, y que vende su hijo Clemente Hernández Peña: …la cuarta parte de dicha Mareta Bermeja como uno de los cuatro herederos de sus padres, Sebastián Hernández Peña y Ana Viciosa14.
Como vemos, el nombre Ana Viciosa no desaparece de la historia de la Isla a comienzos del siglo XVII sino que conocemos otras Anas Viciosas, seguramente descendientes de nuestra protagonista, hasta casi mediados del siglo XVIII, algo que posiblemente pudo acrecentar la leyenda de aquella legendaria mujer, dueña de gran parte de los actuales términos de Tinajo y Yaiza.
Sabemos que el 2 de octubre de 1723 Ana Cabrera Viciosa, viuda, vende terrenos en la vega de Tinajo a Gonzalo de Bethencourt Ayala y también vende en la cerca de Tinache. Es hija de María Cabrera. El apellido Viciosa o Vicioso sigue presente en esos años en la Isla, como lo atestigua un documento del 6 de febrero de 1719, referido al testamento de Diego Cabrera Vicioso, y en el que deja tierras en Aguabero, en Montaña Blanca de Perdomo y en los Rostros de Mesa. Nos dice el documento que su padre tenía casas en Aguabero. Estos personajes viven o poseen propiedades en la zona que perteneció a la Ana Viciosa que aquí estudiamos, por lo que podemos asegurar que muchos de esos nuevos personajes fueron herederos directos o indirectos de aquélla. Los autores antes citados, Leandro Perdomo y Alfredo Matallana, citan además de a Ana Cabrera Vicioso, a Ana Viciosa de Bethencourt.
Algo que refuerza nuestra sospecha es un amplio documento que encontramos en el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas, en la Sección de Audiencias, y que recoge uno de los pleitos más importantes y dilatados que se da en la isla de Lanzarote y que surge después, y como consecuencia de las erupciones volcánicas, entre otras cosas por el derecho a numerosos terrenos afectados por dichas erupciones. Dicho pleito, ya iniciado en 1747, dura hasta el 19 de julio de 1790, casi cincuenta años, y se fundamenta en la legitimidad de la posesión de una gran cantidad de propiedades que fueron originalmente del matrimonio de Ana Viciosa y Juan de León Monguía, sobre todo en las zonas de Yuco y Tinguatón, y que en esos momentos fueron beneficiados por las arenas volcánicas, lo que aumentó su valor y productividad. Poseemos el expediente de ese pleito, y en el año 1789 se adjunta el dibujo de un árbol genealógico que arranca, precisamente, de aquellos dos legendarios personajes: …en cuya obserbancia, presento en devida forma este árbol genealógico con los documentos que le acompañan, por los que se acredita, que el capitán D. Josef Cayetano Valiente mi parte, es quinto nieto de la citada Anna Blsiosa,…
En el citado árbol genealógico se cita como descendiente del matrimonio de Ana Viciosa y Juan de León Monguía a Bartolomé de Cabrera Vicioso, casado con Juana de Saavedra; luego a Ana de Cabrera, casada con Pedro Luis Rocha; luego al capitán Roque Luis Cabrera, casado con Luisa Betancor15; luego a Gregoria de Cabrera, con Martín Francisco Valiente; y por último, a José Francisco Valiente, casado con María Gutiérrez.
En el recurso presentado por la otra parte, encabezado por Antonio José Pérez, en representación de Juliana de Cabrera, viuda de Pedro Curbelo Mesa, y del presbítero José Curbelo, se deja entrever la relevancia que tuvo nuestra Ana Viciosa en la tradición oral de los términos de Tinajo, ya que sus muchos e importantes bienes seguían siendo objeto de largos litigios, lo que hacía perdurar su memoria. En ese nuevo documento se dice: siendo estas las noticias que corrían en aquél tiempo; y que de dicho primero matrimonio con Juan de Saavedra, no tuvo más subseción que otra Juan de Saabedra, quién falleció después de sus padres, sin dejar subseción legítima, por cullo respecto ocupó sus bienes Ana Viciosa su abuela y los traspasó a Andrés de León su hijo por los motivos que expresa en la cláusula de su testamento… En suma D. Josef Baílente ni sus autores no han podido haser ver, ni provado en un modo meritorio, que Ana de Cabrera, hija de Bartolomé de Cabrera huviese sido hija igualmente de Juana de Saavedra muger primera del subsodicho, e hija que fue de Ana Viciosa…
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NOTAS
3.- Véase, al respecto, varios artículos publicados en la revista Lancelot, en el año 1989.
4. Archivo Histórico Provincial de Las Palmas [en adelante, AHPLP] PN. Leg. 2.806. fol.13. Año 1737. El documento está fechado cuando se concede la merced en 1568.
5.- AHPLP. PN. Leg. 2.806(II). fol.13. Año: 1737. Sobre un documento del 28 de noviembre de 1568.
6.- DE LA HOZ, A. Lanzarote.1962, pág.183
7.- No sabemos, en todo caso, de dónde obtiene Agustín de la Hoz dicha información o si se trataba de otra leyenda relacionada en la memoria oral con nuestra legendaria mujer.
8.- ANAYA HERNÁNDEZ, A (2006): Moros en la Costa: Dos siglos de corsarismo berberisco en las Islas Canarias (1569-1749). VI Premio Internacional Agustín Millares Cario de Investigación en Humanidades, 2005. Ed. Gobierno de Cananas – UNED. Madrid pp. 140-143.
9.- AHPLP. PN. Leg. 2.726. Año 1623. Testamento de Ana Suárez, mujer de Andrés de León, hijo de Ana Viciosa. El término «casa honda» se asignaba a las viviendas de los antiguos majos de la isla, como ocurría también en Fuerteventura.
10.- Este antiguo Taro tenía la particularidad de estar dentro de la casa, formando parte de la cocina hacia donde abría su puerta. Tenía, también, ventanucos en la parte superior. Esta característica constructiva la hemos encontrado, también, antes de las erupciones y dentro del territorio aquí estudiado: AHPLP. PN. Leg. 2.797: fols.l28v-131. Fecha: julio de 1720: «…y un taro con puerta adentro de dicha sala…»
11.- AHPLP: Leg. 2.728.
12.- VIERA Y CLAVIJO, J., 1982, pág. 745.
13.- AHPLP. PN. Año 1626.
14.- AHPLP. PN. Leg. 2.798. fols. 360v-364. Fecha: 14 de septiembre de 1721.
15.- Hay que tener en cuenta, además, que el Capitán Roque Luis Cabrera, que vivió en la aldea de Santa Catalina, destruido por los volcanes y que fue firmante del acta fundacional de la Fiesta de los Dolores (patrona de la isla), casó en terceras nupcias con una nueva Ana Viciosa, que nos dice en los documentos del citado pleito.
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