Fuente: Apuntes para la Historia de Tinajo
Por Inmaculada Rodríguez Fernández
En 1867 se encontraba D. Fortunato Pereira como cura párroco de Tinajo. Ese año las máximas autoridades eclesiásticas decidieron que pasara a estar al frente de la parroquia del Puerto del Arrecife. D. Salvador Cabrera, teniente alcalde del ayuntamiento tinajero, presentó ante la corporación una proposición en la que comentaba que tras el paso del señor Pereira a servir a otra iglesia, quedaba al frente de la de esta localidad el presbítero D. José Hernández, vecino de la Villa de Teguise.
Consideraba que esa era la ocasión más oportuna que se les presentaba para que el ayuntamiento solicitara, a quien correspondiera, que se trasladara a la parroquia de San Roque al presbítero D. Carlos Cabrera, cura de Femés en esos momentos, porque siendo natural y vecino del pueblo era más conveniente y puesto en razón y justicia que regentara su propia iglesia y no la de otro pueblo forastero.
Argumentaba que sería lo mejor, no sólo por el enorme beneficio que de ahí podía resultar al pueblo el tener un párroco de su propio seno que pudiera fijarse para siempre en esa iglesia, sino también por las ventajas que a la misma le podían sobrevenir. Los concejales hicieron suya la propuesta Y tomaron el acuerdo de elevar al Obispo, o al Gobernador en su caso, una reverente exposición en el sentido que que daba indicado por el teniente alcalde.
Tiempo después sigue apareciendo el Señor José Hernández ejerciendo las funciones propias de un sacerdote al frente de la parroquia de Tinajo.