Nuevas tradiciones

Por Agustín Cabrera Perdomo

 

Fue en el año dos mil cuatro, cuando escribí este artículo sobre la particular simbología que el Ayuntamiento de Tinajo, en un alarde de imaginación coloca todos los años por estas fechas pre-navideñas en su su famosa redoma ubicada a la entrada del pueblo. Este término para definir nuestra vulgar «rotonda» introducido por mi pariente Luis Perdomo, ínclito alcalde democrático que fue del pueblo y que según el DRAE es vocablo que define en Venezuela a una glorieta donde confluyen varias calles y que hago la aclaración por si a alguien le puede tentar la risa floja.

Me parece tan lejano en el tiempo aquel diciembre de dos mil cuatro, que me es difícil recordar las alegorías navideñas erigidas en estos últimos nueve años, ni tampoco tiene eso demasiada importancia, lo que creo que si la tiene -o al menos a mi me lo parece-, es el como se forjan las tradiciones populares. Este acto como es el encendido de la iluminación navideña que empezó simplemente con darle a un interruptor, se ha llegado hasta el espectacular acontecimiento de estos años, donde se concentran gran cantidad de vecinos y visitantes, con la anuencia de autoridades locales e insulares, por supuesto de la TV, y este año nos sorprendieron diez o doce Papanoeles cabalgando en ruidosas motos. Para terminar solo bastaron un par de minutos de traca pirotécnica para poner punto final al inicio oficial de Las Pascuas Navideñas Tinajeras. Ante tanto alarde luminoso, se echa en falta la presencia de la magnífica Banda Municipal de Música, la cual debería poner hermoso colofón deleitando a vecinos y visitantes con un pequeño concierto al al estilo vienés, -salvando las distancias-,pero que podría ofrecer en la propia iglesia de San Roque, un repertorio acorde con las fechas que se avecinan.
Por nuestra parte, que hasta no hace mucho nos gustaba más una fiesta que a nuestro Alcalde un rally automovilístico, iniciamos en esas ya lejanas fechas una pequeña reunión familiar con motivo de presenciar el dicho encendido navideño. Para ello nos reunimos una buena parte de las familias Márquez Cabrera y Cabrera Perdomo con algunos amigos más, en la casa familiar de la primera, aledaña a la mencionada y luminosa rotonda. Llevamos unos catorce años ininterrumpidos aprovechando este acto para recibir a la Fiesta de Pascua Navideña, con un asadero de castañas, unos refrescos y alguna que otra trucha, pasando así unas horas de animada charla y disfrute del espectáculo en que hoy se ha convertido aquel acto iniciado a finales del siglo XX. Así es como se inician las tradiciones familiares y los miembros de estas dos familias son especialistas en crearlas a base de concordia y buena voluntad. En otra ocasión escribiré sobre La Subida al Hermanito, otra tradición arraigada en estas familias y a la cual, a lo largo de los años se han ido sumando muchas otras. Se trata de una pequeña romería que se celebra anualmente -y cuando se tercie- el viernes siguiente a la fiesta de la Patrona de la isla, la Virgen de Los Dolores.
Ahora, si se encuentran con ánimo y con mis deseos de que no se atraganten los invito a leer lo que a continuación sigue…

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