El ovni de Los Dolores

Por Agustín Cabrera Perdomoovni de los dolores

 

Tengan ustedes por seguro, que si hubiese sido yo el único que observara lo que les voy a contar, no hubiese dicho ni escrito media palabra sobre este inexplicable e insólito acontecimiento.

El domingo diecisiete de septiembre de dos mil seis, sobre las 19.45, cruzó el cielo del pueblo de Tinajo, un objeto volador que no pudimos identificar. Y digo pudimos porque fuimos varios los que observamos el vuelo casi rasante de aquel extraño objeto. Un grupo de familiares y amigos que presenciábamos las evoluciones de la yegua de un amigo y a su jinete en un cercado que está frente a mi casa, donde algunos les hacían fotos cuando ya el Sol declinaba tras la montaña de Tinajo. Este amigo y yo departíamos a unos treinta metros del improvisado picadero, sentados al «soco» de la casa y con la tarde llegando a su fin. La ausencia de viento y el silencio reinante, daban una placidez al lugar que solo se rompió cuando una voz de mujer, preguntó casi gritando: ¿Uds están viendo lo mismo que yo?, y señalaba un lugar en el cielo por donde se desplazaba un objeto de forma oblonga y del tamaño de un auto pequeño que se desplazaba a una altura de cincuenta o sesenta metros, a una velocidad constante y en dirección Norte Sur. Todos miramos donde nos indicaron y allí estaba; sin ruido y avanzando hacia la ladera norte de la montaña de Tinache. Recuerdo que comenté, que si aquello era algo que se desplazaba con el poco aire que había, se estrellaría contra la montaña a la que se acercaba peligrosamente. Pero no, cuando llegó cerca de la Vega Ramírez, a unos doscientos metros de la mencionada elevación, en un amplio giro se desvió hacia el SO, eludiendo aquel volcán milenario. Bordeó la ladera norte de dicho cráter y continuó con rumbo Sur envuelto en el mismo silencio de su aparición. Varias personas que se encontraban de tertulia sentados al abrigo de una pared en una llanura situada a unos cien metros al norte de donde nos encontrábamos nosotros, fueron quienes primero lo vieron pasar. Más al Sur, personas que se encontraban frente al club de Lucha de Tinajo, observaron también el paso de aquel objeto junto a la montaña de Tinache. El último que tengo conocimiento de haberlo visto, fue a unos dos km, en el lugar donde está la Ermita de Los Dolores, mientras se celebraba una misa en la explanada. Según me contó un testigo, siguió en dirección Sur y sin ningún sonido que delatara su presencia. Este fenómeno que tuvimos la suerte de ver algunos, se desvanecerá con el tiempo sin explicación posible, como se han olvidado aquellos destellos luminosos que en a finales de la década de los cincuenta, iluminaban como el día las noches de la isla. Nunca supimos cual era la procedencia de aquellos resplandores. Lo mismo ocurrirá con nuestro misterioso OVNI, del pasado septiembre.
Curiosamente, La mujer que nos avisó a todos de su paso, tenía una cámara digital en la mano y el amigo y yo que estábamos tras la pared teníamos los móviles con cámaras fotográficas pero a ninguno se nos ocurrió usarlos. Nos quedamos paralizados y no reaccionamos para poder así haber dejado por primera vez en Lanzarote, la imagen de un suceso extraordinario que posiblemente no volverá a ocurrirnos en lo que nos resta de vida.

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