POR VICTORIANO RÍOS
Han pasado 260 años, tan sólo la mitad del tiempo desde que Lanzarote y Canarias figuraran para la historia en el mapa del mundo cristianizado.
Canarias, es uno de los productos más fértiles del volcán, nacido desde las entrañas del Océano. La fuerza del volcán ha creado nuestro archipiélago, pero a veces, como hoy, recordamos hace 260 años, esta creatividad no iba orientada hacia el bien comunal, y perjudicaba a un puñado de lanzaroteños, que vivían aquí en Tinajo.
La lava invadía los sembrados y las convulsiones ígnicas, cundían el pánico a nuestras gentes, que veían peligrar su sustento. Es entonces cuando empezaba la lucha diaria contra la lava, intentando sacar a esa tierra dura y seca el fruto que les ayudaba a seguir adelante.
Estas gentes, mezcla ya de dos razas, la aborigen, y la colonizadora, habían sido cristianizadas. Y por la influencia probable de los peninsulares ibéricos, y sobre todo de los andaluces, veían a María, la madre de Jesucristo, como protectora y mediadora.
Y entonces la invocan, con el fin de que cese el volcán, y esta lava, sumisa a la plegaria, se para, dejando para siempre su huella, mejor dicho, su no huella, en la Mancha Blanca. Acaba la erupción, y los tinajeros cantan su júbilo, y prometen erigir en ese sitio una iglesia a la Virgen María, pero bajo la advocación de los Dolores en recuerdo de esa tensa lucha del hombre ante la naturaleza, posteriormente conocida como la Virgen de Los Volcanes.
Esta última advocación, hace ensoñar un bellísimo nombre que ampara ya no a Tinajo, sino a Lanzarote, y quizás al archipiélago.
Es bajo la protección de Nuestra Señora de Los Dolores cuando olvidamos los tristes momentos vividos y las diferencias que durante todo un año han ido surgiendo. Olvidamos el duro trabajo de los campos y el día a día de la rutina laboral de las ciudades y nos acercamos para ofrendarle nuestra alegría por estar «ahí», apoyándonos.
Estas fiestas, al igual que otras muchas que se celebran en Canarias, son hechas por el pueblo. En ellas recordamos nuestras raíces y gracias a ellas permanecen vivas las costumbres que configuran la forma de ser de los canarios.
Cada pueblo, cada barrio, tiene su propia fiesta. Distinta en apariencia pero iguales en esencia. Por eso, cualquier canario se siente co¬mo en casa cuando la fiesta se hace en honor de una Madre, se baila y se canta al son de un timplillo y se bebe el vino de la tierra.
Celebramos las fiestas populares porque nos hemos transmitido nuestras tradiciones. En los tiempos que corren, donde 18 cultura del consumo, del bienestar y de la imagen nos invaden uniformando a las gentes de países distintos y haciéndoles perder de vista sus orígenes y su historia, las fiestas como la de Mancha Blanca deben servirnos para disfrutar de nuestra tradición, amar y transmitir nuestras costumbres, quienes somos y adonde vamos.
Tinajo, Lanzarote, Canarias, es en esencia la voluntad de la Virgen de los Volcanes. Hoy, cuando al comienzo de la década final del milenio, pregonamos la fiesta de nuestra Virgen de Los Dolores, estamos diciendo, estamos cantando y deseando dar gracias a ese creador que produjo tamaño belleza.
Nunca estaremos de acuerdo con el poeta, estamos convencidos que cualquier tiempo pasado ha sido peor, y desde luego aquí, en Canarias, en Lanzarote y en Tinajo. Por eso cada año existe un nuevo desafío, mejorar el pasado.
Canarias, definitivamente, se ha abierto al futuro, en un desafío tricontinental, somos Europa, pero también América y África, pero sobre todo somos atlánticos, archipielágicos y volcánicos, no nos amedrenta el mañana, y siempre ante la adversidad tendremos la fe del futuro, como la tuvieron nuestros antepasados, creyendo en la Virgen de Los Dolores de la que pregonamos hoy su fiestas.
Virgen de los Volcanes, ayúdanos en nuestro futuro, que no es incierto, pero puede ser difícil.
Tenemos en nuestra juventud el mejor aliado. Ya no es necesario que nos arrodillemos a tu paso, sabes que te llevamos en el corazón.
Así ninguno de nosotros, se arrodillará ante nadie, queremos ser respetados en el concierto de los pueblos, y cuando dentro de pocos años comience el siglo XXI, seguiremos venerándote, Virgen de Los Dolores, Virgen de los Volcanes, pero de pie ante el mundo, aunque arrodillados ante ti porque no eres de este mundo.
Tinajo, Lanzarote, Canarias, es una erupción de esfuerzos, proyectada ante el futuro, bendecida por ti Virgen de los Volcanes.
Hoy es día de celebración, de alegría, para que un año más todos recordemos el milagro que ha ido pasando de padres a hijos, manteniendo así viva esta tradición. Recordemos el ayer pero con la vista siempre puesta en el porvenir. Porque hoy todos somos protagonistas