Fuente: La voz de Lanzarote- Martes, 7 de Octubre de 1977
El jesuita desarrolló su labor de servicio a Dios en Santa Fe, Argentina
El pasado domingo Tinajo se volcó en un acto que congregó a numerosos vecinos, el homenaje al Siervo de Dios, José Marcos Figueroa Umpiérrez. Tras una misa celebrada en su honor en la Iglesia de San Roque, se descubrió el busto, obra del escultor Ángel Werlen, profesor de Artes Plásticas del Colegio de la Inmaculada en Santa Fe en el Parque del Calvario, frente a la casa en donde nació.
Al evento acudieron 30 peregrinos provenientes de Argentina y más concretamente, de Córdoba y Santa Fe, lugar donde el religioso desarrolló su labor y en el que falleció en 1942. La comitiva se desplazó desde tierras andinas para perpetuar la memoria del sacerdote y dar a conocer su vida. El padre Alejandro Gauffin, líder de la expedición y autor de un libro donde se recoge el fruto de su tarea investigadora en relación con la vida y dedicación del sacerdote jesuita en el Colegio de la Inmaculada («Hermano José Marcos Figueroa, s.j., portero de la Inmaculada»), declaró que el acto fue muy emotivo y se mostró muy agradecido por el caluroso recibimiento que obtuvieron tanto por parte de las autoridades locales como por el pueblo. En su discurso el alcalde, Luis Perdomo, recordó su emigración a Venezuela y el exalumno del colegio Federico Falco evocó los años en que conoció al sacerdote. La banda municipal y la Agrupación Folclórica Timbayba se encargaron de amenizar el encuentro con música tradicional.
El padre José Marcos Figueroa nació en octubre de 1865 en Tinajo, posteriormente emigró a Uruguay e ingresó en la Compañía de Santa Teresa de Jesús. Fue portero de un colegio que tiene alrededor de 400 años. En ese oficio de silencio se ganó por la fidelidad en el trabajo y su calidad humana el amor de todo un pueblo. Según el padre Alejandro lo más llamativo de su vida fue su muerte «porque el día de su muerte prácticamente toda la ciudad de Santa Fe salió a despedirlo con honores de un gobernador». A través de los años se mantuvo su recuerdo. Primeramente fue enterrado en Piquete, localidad cercana a Santa Fe y a los 10 años sus restos fueron exhumados y trasladados al santuario de Nuestra Señora de los Milagros en Santa Fe. Alejandro Gauffin lo describe como un portero modelo que concentró además del trabajo ingente, el amor de mucha gente que siempre lo recordó, «su forma de ser, el modo en que trataba a las personas, su vida e continua oración a pesar de su trabajo… Fue una persona fiel a su corazón que hizo lo que sentía y que conservó en su corazón la nobleza que recibió en su misma sangre de su pueblo, Tinajo».
Actualmente está abierto el proceso de canonización del hermano José Marcos Figueroa, los trámites diocesanos ya han obtenido validez jurídica, pero aún queda completar la etapa apostólica del proceso que se inició hace cinco años. En el transcurso de este tiempo se ha recabado la información necesaria tanto de documentos como de testigos directos para presentarlo frente a un tribunal eclesiástico y remitirla a Roma. La burocracia, las pruebas de su santidad y la aprobación de la Santa Sede impiden por el momento hacer efectiva su canonización por lo que serán necesarios unos años.
En los últimos años el número de devotos ha aumentado considerablemente y no son pocos los que se encomiendan al jesuita. Quizás el año que viene un grupo de Tinajo, sobre todo familiares, se desplace hasta Argentina para reencontrarse con sus parientes, hijos de los hermanos de José Marcos.