El 31 de julio de 1824, al amanecer, entró en actividad el volcán de la capellanía del Clérigo Duarte, entre Tao y Tinajo, y los afectados sacaron en procesión a la Virgen de los Dolores, por Guiguán, hacia La Vegueta. Pero algunos vecinos de Tinajo quisieron detener el cortejo, aduciendo que se ponía en riesgo la Sagrada Imagen. Entonces, tres acaudalados señores de Tiagua se hicieron responsables y garantes con sus haciendas, por lo que la procesión prosiguió hasta las faldas de Tamía, siguiendo el camino viejo, entre Tiagua y Tao. Se colocó la Santa Imagen mirando al Volcán, mientras los fieles imploraban arrodillados.
Inesperadamente, el cráter dejó de vomitar lava, exhalando una espesa columna de humo, a la que sucedió un torrente de agua salada. Por ello, cada 31 de julio de recuerda solemnemente en Mancha Blanca este acontecimiento histórico.