En las erupciones volcánicas del siglo XVIII, en la isla de Lanzarote, estuvieron corriendo las lavas desde los años 1.730 a 1.736. Este año de 1.987 se cumple el 257 aniversario de aquellas erupciones que fueron sepultando los más fértiles terrenos de la isla, al oeste de la misma, así como siete poblados allí existentes.
no de estos volcanes salió sobre Tinajo. El pueblo entero sa¬có procesionalmente a Nuestra Señora de Los Dolores, y presidido por un religioso franciscano de Teguise, se fue al encuentro del volcán que avanzaba incontenible.
Un hombre con una cruz de tea, que aún se conserva junto a la Ermita, se acercó, y clavándola todo lo que el calor le permitió, se retiró junto a la imagen de Nuestra Señora de Los Dolores, rogándole y suplicándole que la lava no inundara el pueblo. La lava se detuvo junto a la Cruz, y retrocedió su curso hacia zonas ya quemadas por el volcán.
Allí se prometió hacer una Ermita en agradecimiento a la Se¬ñora de Los Dolores. Durante mucho tiempo se olvidó esta promesa, hasta que por fin la llevaron a cabo los escasos cuarenta y dos vecinos que por entonces tenía Tinajo.
Ya desde 1.799 se celebran cultos solemnes a Nuestra Señora en este Santuario. Con el paso de los años la Ermita se fue deteriorando y hubo necesidad de derribarla y construir, en su lugar, el nuevo Santuario, que en 1.858 fue bendecido y al que se trasladó definitivamente la imagen de NUESTRA SEÑORA DE LOS VOLCANES, como comenzaron a llamarla los señores Obispo de aquella época.
Hoy son muchos los fieles que durante el año, y en especial los viernes y los días de su fiesta, siguen viniendo a los pies de la Virgen de los Dolores, a pedir en sus necesidades y a agradecer en los favores alcanzados. Aquí acuden muchos marinos al regreso de sus faenas, campesinos y agricultores con la inquietud de sus trabajos, visitantes de toda índole que con confianza filial acuden a contar sus penas y alegrías a la Madre que siempre les acoge. Son muchos lo padres que presentan a sus hijos recién nacidos; parejas que quieren que su unión sea bendecida delante de la Señora, enfermos que ofrecen sus sufrimientos e imploran la intercesión de la que es Madre de Los Dolores.