Virgen de Los Dolores y Reina de los Volcanes, venimos hoy como peregrinos a postrarnos a tus pies. Con los ojos fijos, te miramos seguros de que quieres acompañarnos en nuestro camino. Madre, tú sabes cómo te necesitamos.
Más que nunca necesitamos tu esperanza, tu alegría, tu amor. Vivimos en un mundo donde la desesperanza, la indiferencia, el egoismo, la droga ….. , están destruyendo las familias, los pueblos. Por eso venimos a visitarte, convencidos de que el amor es la única fuerza capaz de transformar el mundo, porque transforma el corazón del hombre.