Fuente: Agustín de La Hoz –Lanzarote
(…) Todo el trágico litoral que se alcanza con la vista, hasta los Morros del Viento, y aún más allá, hasta la tenebrosa Mar del Cochino, está tradicionalmente vinculado a las correrías del pirata Cabezaperro, ajusticiado en Tenerife hacia la mitad del siglo XVIII (1). Según la leyenda el célebre corsario tuvo un gran amor en Lanzarote, un amor casi platónico, y del que gozaba Cabezaperro durante los cinco o diez días que, a lo largo del año, la bonanza era posible en las bajas de Peña Dorada.
El pirata obsequiaba a su dueña con baratijas de cristal de colores y algunas monedas, sin que su amor exigiera más de la moza que la reiterada promesa de no matrimoniar.
Un día Cabezaperro, llevado de las delicias sentimentales, manifestó a la chica que deseaba esconder su personal tesoro, ya que se había publicado y pregonado por doquier el precio de su cabeza. El sitio elegido fue Bonanza del Buey, entre la impetuosa Mar del Cochino y Peña Dorada, no sabiéndose nada en absoluto porque la enamorada se llevó el secreto a la tumba, cuya muerte le sobrevino al llegar la noticia de que Cabezaperro había sido ejecutado en Santa Cruz. Desde entonces se busca el paradero del tesoro (2), y en la búsqueda se ha encontrado en la Mar del Cochino una argolla de tonelada y media, de bronce, que permanece hundida en las aguas, no siendo visible sino en las bajamares muy contadas. Al parecer, es la tradicional creencia, tal argolla fue colocada por Cabezaperro para amarrar su embarcación, con áncora afuera y cable en tierra, mientras eludía la presencia de algún navío oficial. (…)
NOTAS
1.- La fantasía popular ha hecho amasijo de amores entre Cabezaperro y dofla Ana Viciosa, pero nada menos cierto. «.
2.- Repetidas veces se ha intentado rescatar la fortuna del pirata.