Fuente: Agustín de La Hoz –Lanzarote
(…) La monotonía «sahárica» se rompe con la leve presencia de la montaña Mosta, que es necesario trepar para admirar al endiablado caserío del Cuchillo, donde una dama(1) de rango y prosapia manejó con mano dura a multitud de «majos» y moriscos a principios del siglo XVI, de los cuales «muchos se bautizaron y quedaron con libertad en esta isla» (2).
La aldea del Cuchillo, pobre, chiquita y sin recursos, es muy dada a la fantasía, y cree en la bestialidad inteligente, en animales poseídos del demonio y en las dotes que tienen los cuervos para encontrar presas que alegran el corazón de los enamorados.
Nada más sacrilego en El Cuchillo que poner en duda el origen tenebroso de esos animales agoreros. En cierto modo, hay culto al cuervo en El Cuchillo, aunque más bien se le teme… El cuervo vuela eternamente sobre el pobre caserío, y los «cuchilleros» miran los espacios para seguir la siniestra evolución del ave agorera, con la desdicha de no poder librarse jamás de las supercherías que, de padre a hijo, han ido arraigando en la sangre y medula del Cuchillo. (…)
NOTAS
1.-Probablemente doña Constanza Sarmiento, hija de Sancho de Herrera.
2.- Torriani, cp. X, pág. 44. Cioranescu.