Fuente. Agustín de la Hoz- “Lanzarote”
Durante diez años una comisión «pro Santuario de los Dolores» recorrió la isla de cabo a rabo, reuniendo al final de 1860 una cantidad bastante estimable. Con los 1.569 pesos y 5 reales recolectados, se contrató al popular maestro de obras Trías por 1.200 pesos, aunque el señor Trías añadió de propia cuenta «media vara más de alto a la ermita, el campanario, el farol gótico, o cimborrio, y una viga de tea para madre del coro, pidiendo por tales añadiduras 208 pesos».
Las maderas de tea para los techos, las lozas para el piso y cañizo del cielo raso, se importaron de Tenerife12. Los gastos fuéronse multiplicando de tal forma que hubo necesidad de vender los «terrenos de la Virgen», en 1861, y que adquirieron doña Rita Bethencourt y don Pedro Rocha, vecinos de La Vegueta, quienes entregaron 7.105 reales por dichas tierras, por lo que en enero de 1862 se pudo saldar la deuda contraída con el maestro Trías, no sin que para ello fuera necesario la pública limosna.
Por las desavenencias habidas con el contratista Trías, ya a finales de 1861 se había hecho cargo de las obras otro maestro albañil de Arrecife, un tal Sierra, que a primeros del siguiente año da fin a las reparaciones, aunque el Santuario ya había sido abierto al culto unos cuantos meses antes.