Fuente: Agustín de La Hoz –Lanzarote
Desde 1850 a 1900 Tinajo prospera algo, pero muy lentamente. La riqueza está en tres o cuatro pares de manos caciquiles, desconociendo los vecinos las mínimas comodidades que exigirse pudiera en aquellos años no tan lejanos. Los señores no cuentan con otros menesteres sino el ocio y la política, sucediéndose atropello tras atropello a la sombra de la impunidad.
Por fin, en 25 de enero de 1903, se persona una Comisión provincial que declara nulo y sin ningún valor a todos los efectos el «acuerdo» tomado por el Ayuntamiento, según el cual se exoneraba de los cargos de alcalde y concejal a don Braulio Toribio y Valenciano, «por considerar que el Ayuntamiento de Tinajo obedece particulares encargos de persona desavenida con el señor Toribio». Eran las clásicas zancadillas de la menuda política, entonces tan en boga.