Fuente: Los Ranchos de Pascuas en Tinajo
Nicolás J. Lorenzo Perera
Mª Dolores García Martín
La monotonía de la vida cotidiana en las poblaciones, era aminorada por el paso de los ambulantes quienes, cuando era menester, pernoctaban en viviendas como la de Leandro Pérez en Tiagua (Teguise), vecino que »tenía una casa larga». Se mercaba por dinero o se cambiaba por productos, procedimiento mucho más asiduo en una época (sobre todo la anterior a la emigración venezolana) en la que escaseaba el dinero, principal mente en los bolsillos de los pobres:
»No había mucho dinero. Es que antes pa ver un duro le costaba trabajo. Iba uno a trabajar y le pagaban dos pesetas, de sol a sol. Por una perra chica daban tres cajas de fósforos» (1).