A todos aquellos que leyeron parte de este relato a principios de noviembre de 2016, los amenacé cortésmente con una segunda parte y….. como: “el que avisa no es traidor”aquí está de regreso la pasional y volcánica aventura de don Juanelo Pérez y de la joven Ginesa Chocho, quien fuera la última víctima de su desaforado espíritu burlador.
Por Agustín Cabrera Perdomo
Corrían los últimos meses del año del Señor de 1730. Calendas trágicas aquellas en que iban a despertar en nuestra isla de Lanzarote; todos los demonios que habitaban en los infiernos cercanos y que hasta entonces habían permanecido en paz y sosiego para tranquilidad de la entonces paupérrima población.