Jacinto Vera Durán, hijo de una familia de Tinajo, nombrado beato en Uruguay

Fuente: La Provincia  06·05·23

Nacido en 1813 en alta mar en un barco rumbo a ese país, fue el primer obispo de Montevideo

Jacinto Vera Durán (3 de julio de 1813 – 6 de mayo de 1881), primer obispo de Montevideo (Uruguay) e hijo de un matrimonio de Tinajo que emigró a Brasil y Uruguay, será hoy beatificado, justo 142 años después de su fallecimiento. La ceremonia se celebrará en la capital uruguaya, donde se prevé la asistencia de miles de fieles para festejar la subida a los altares de este obispo, considerado el padre de la Iglesia de Uruguay. El 17 de diciembre el papa Francisco aprobó un milagro obtenido por la intercesión del nuevo beato.

Jacinto Vera nació en altar mar en un barco que llevaba a sus padres, Gerardo de Vera y Josefa Durán -ella estaba embarazada de Jacinto- y sus tres hermanos -Francisco Antonio, Dionisio Antonio de los Dolores y María Teodora- rumbo a Uruguay, pero tuvieron que desembarcar en la región brasileña de Santa Catalina, en el puerto que hoy se llama Florianópolis, según relata el sacerdote Julio Sánchez Peñate en su estudio biográfico sobre Jacinto Vera Durán.

El pequeño fue bautizado un mes después de su nacimiento en la parroquia de Nuestra Señora del Destierro, un augurio, según relata Sánchez Peñate, de lo que sería la vida del primer bispo de Uruguay y hoy beato.

Sus primeros años, después de una breve estancia de su familia en Brasil, fue en las localidades uruguayas de Maldonado y Toledo, en cuya capilla del Carmen hizo la primera comunión.

Con 19 años se propuso cursar estudios religiosos y el 28 de mayo de 1841 fue ordenado sacerdote y su primer destino fue una parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en el departamento de Canelones, donde permaneció 19 años, 10 como coadjutor y nueve como párroco.

Su caridad y trato hacia todos le granjeó una gran fama en esas tierras y en 1859 el papa Pío IX lo designó como Vicario Apostólico de Uruguay, nombramiento que no le gustó al Gobierno, que inició una persecución hacia Vera Durán. El nuevo Vicario Apostólico realizó una labor pastoral por todo el país, con miles de personas bautizadas y confirmadas, además de más de 700 matrimonios.

Sin embargo, su negativa a dar la sepultura eclesiástica al masón Enrique Jacobsen en 1861 le enfrentó al Gobierno, que secularizó los cementerios y emprendió una campaña de persecución hacia Jacinto Vera y la Iglesia católica y fue expulsado del país en 1862. Un año después regresó y el 16 de julio de 1865 fue nombrado primer obispo de Montevideo.

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