Panderetas o panderas y panderos


Fuente: Los Ranchos de Pascuas en Tinajo

Manuel J. Lorenzo Perera
Mª Dolores García Martínpanderetas-1

 

Como las espadas, las panderetas y los panderos se han elaborado artesanalmente. Las dimensiones, entre ejemplares de la misma categoría, varían.

La caja de los mencionados instrumentos es de madera, hechas con la de cedazos las más recientes. El número de «ventanas» que aparecen en la misma, abiertas con una caladera, puede diferir; en las mismas se disponen, por pares, la sonajas de chapa metálica fina (1 milímetro de grosor o algo menos) marcadas con un compás y luego recortadas en la propia lámina. Entre ventanas, en un lugar determinado, se deja un espacio libre que es donde se dispone la mano con el fin de cogerlo para tocar.

El único parche o cuero suele ser de piel de cabrito. Conveniente es destacar que el que llevaba un viejo pandero, propiedad de don Ezequiel Lemes Martín, se elaboró »con el payo de un camello». El tratamiento que se le daba a la piel del animal era, esencialmente, el siguiente: matar el baifo; quitarle la piel; en sal un par de días; dejarla poco tiempo en remojo; afeitar el pelo «con cualquier cosa que corte»; ponerla a secar dos o tres días; otra vez en remojo, mejor en leche; en estado húmedo se coloca sobre la caja del pandero o de la pandereta, pero bien estirado; al secar, queda tenso. El cuero se sitúa sobre la caja ya provista de sus correspondientes «ventanas» , fijándolo sobre la boca superior del instrumento por mediación de un arillo circular, fino, de naturaleza lígnea; sus dimensiones -en el caso de la pandereta número 3 (véase el cuadro nº 10)- corresponden a 4 milímetros de grosor y 12 de altura. Todo ello -arillo, cuero, caja- va reforzado con chinchetas cuyas puntas se remachan por la parte interior de la caja; el extremo inferior del instrumento se remata de igual modo: un arillo de madera clavado con chinchetas.

cuadro Panderetas

El objetivo de los arillos es doble: reforzar y trabar las barritas de metal (1,5 milímetros de grosor), dispuestas verticalmente hacia el medio de las «ventanas», las cuales sujetan, por su orificio central, a las sonajas metálicas que, en forma de platillos, se disponen una frente a otra. Al estar he­ chas de forma manual, sus dimensiones pueden variar, aunque, eso sí, para que suenen, su diámetro debe ser inferior a la largura de la «ventana» en la que se ubican. Los diámetros de las que lleva la pandereta número 3 (véase el cuadro nº 10) miden entre 6,7 y 6,9 centímetros. Las «ventanas» de las tres panderetas que se describen en el cuadro nº 10 son rectangulares con los extremos curvos.

Encontrarnos algunas diferencias entre las panderetas y los panderos, distingos de tipo formal y en lo que concierne al modo de tocarlos.

La pandereta es mayor. Ambos pueden llevar sonajas, pero el pandero, además, y en número variable, cascabeles y esquilas que, al menos en los últimos años, se han adquirido en lpanderosas ferreterías.

El pandero número 1 es más antiguo que el 2. Sus arillos están sujetos no con chinchetas sino con tachas pequeñas. Tiene dos campanillas o esquilas cogidas, por sus orificios traseros, con el mismo procedimiento que se utiliza para los juegos de sonajas que son más rudimentarias y planas que las que ofrecen las panderetas y el pandero número 2; una de las esquilas se ubica en el espacio comprendido entre la segunda y la tercera «ventana»; y la otra, entre ésa y la cuarta. En una varilla de disposición transversal -que en el interior del pandero parte desde donde acaba la «ventana» número 1 hasta donde empieza la 5-se han incrustado, por su parte trasera, dos esquilas y un cascabel, éste en posición central. Las campañillas miden 5 centímetros de longitud y 3,5 de diámetro máximo (zona de la boca); el cascabel, circular, tiene 3,5 centímetros de diámetro máximo. Los badajos de las campanillas son muy rudimentarios, dando la impresión de que se trata de los conocidos como clavos de herrero.

cuadro panderos

La apariencia del pandero número 2 es la de ser más moderno. Tiene, tan solo, una esquila y un cascabel, colocados, respectivamente, en los espacios intermedios entre las «ventanas» 2-3 y 4-5. Van sujetos, pues, a la pared del pandero, del modo ya señalado. La esquila mide 4 centímetros de longitud y 3,5 de diámetro máximo (zona de la boca). El cascabel, también esférico y abierto como el del pandero anterior, tiene 3,5 centímetros de diámetro máximo (parte central). En un primer momento, los señala­ dos elementos estuvieron colocados en un travesaño que iba desde el primer espacio intersonajal («ventanas» 1-2) al último («ventanas» 5-6).

En el momento de usarlos se cogen verticalmente por la caja. La pandereta se toca »con el deo», el recorrido es más largo ya que tiene «más juego, más espacio»; acostumbraban a poner en el parche pidriega, comprada en la farmacia, para que el dedo corriera, se deslizara con mayor facilidad. El pandero se toca »con la mano» y su recorrido es más corto, más ligero: «tiene un sonío rnds estrecho y la pandereta rnds prolongao «.

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