Por Agustín Cabrera Perdomo
Fuente: La Hoja de Tinajo nº 43
Diciembre de 1889, es tiempo de elecciones municipales. En Tinajo manda el cura párroco Don Benito Parrilla cosa nada de extrañar en aquella época. Don Benito, que había hecho el Ayuntamiento a su imagen y semejanza, al parecer a última hora se le reviraron alguno de sus acólitos y su objetivo primordial a escasas fechas de las elecciones era cargarse al secretario D. Juan Andueza.
Era tal la pelota que había organizado el cura, que llego en un determinado momento a haber dos alcaldes y dos secretarios, estos eran: El anteriormente mencionado don Juan Andueza y el otro era don José Aldana. Los Alcaldes Don Pedro Martin y un tal Tejera, (siento no conocer su nombre de pila.) Se llegaron a establecer situaciones de verdadera risa, por ejemplo: cuando llegaba algún escrito, los secretarios estaban al quite a ver quién era el primero en quedarse con él, se llegó a contestar dos veces el mismo escrito y supongo que las resoluciones serian diferentes, hay que imaginarse la cara del interesado al recibirlas, supongo optaría por la más favorable.
Reproduzco a continuación las impresiones sobre esta pelotera, que le relata por carta un hijo del pueblo a su sobrino, emigrante en la República Argentina, preocupado por las confusas noticias que le habían llegado.
La carta está fechada el 16 de diciembre de 1889 y en uno de sus párrafos relata:
«Los puntos de la isla que más he frecuentado ha sido nuestro pueblo de Tinajo, el que con motivo de las elecciones municipales, se halla tan enredado que no hay quien entienda a esa Junta: el cura Parrilla en contra del Ayuntamiento que fue hechura suya y trabajando con ahinco para cargarse a Andueza de secretario. Para lograr su intento se ha unido a Don Antonio Santos y a la gente de la Vegueta, de quien tanto hablaba. Ya Don Antonio Santos no es masón y la tienda de tu primo Pepe es logia, pues se halla santificada con la presencia del cura que no sale de allí ni de noche ni de día »
El resultado de las elecciones fue favorable a los partidarios del cura, que ganaron por la diferencia de 15 votos. Don Antonio Santos en última instancia se puso en contra del cura y tuvo que esperar unos años para ser alcalde del pueblo. Don Pepe Aldana no salió de secretario pues no llegó a los seis votos que necesitaba para ello, por lo cual, supongo que el cura se tuvo que tragar al Sr. Andueza como secretario.
A continuación y para terminar reproduzco otro párrafo de la carta anterior donde se narran las impresiones sobre la fiesta de Los Remedios y Dolores de aquel lejano año de 1889.
«La fiesta de Los Remedios y de Dolores, lucidísimas, con mucho fuego y alumbrado de color: grande la concurrencia particularmente en la fiesta de Dolores, en donde gran número de jóvenes de Tinajo lucieron sus elegantes sombreros, entre ellas se encontraba la trigueña y simpática joven de Francisco Pérez».